Tendencias 2025 para las comunidades energéticas y la energía compartida
Las comunidades energéticas y las iniciativas para compartir la energía están allanando el camino hacia un futuro en el que particulares y empresas participen activamente en la producción, distribución y consumo de energía limpia.
Las comunidades energéticas y las iniciativas para compartir la energía están allanando el camino hacia un futuro en el que particulares y empresas participen activamente en la producción, distribución y consumo de energía limpia.
Según un estudio del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, los productores ciudadanos, o "prosumidores", podrían generar el doble de energía que las centrales nucleares actuales, hasta alcanzar unos 1.560 TWh (o 78.000 millones de euros) en Europa de aquí a 2050.
Las comunidades energéticas y las iniciativas para compartir la energía están allanando el camino hacia un futuro en el que particulares y empresas participen activamente en la producción, distribución y consumo de energía limpia.
Ante los retos del cambio climático y la necesidad de una transición energética efectiva, ¿cómo podemos replantearnos nuestra forma de producir, distribuir y consumir energía? Las comunidades energéticas y la energía compartida se perfilan como soluciones innovadoras, pero su implantación plantea una serie de interrogantes: ¿Qué modelos son los más eficientes? ¿Cómo garantizar su viabilidad económica maximizando su impacto medioambiental?
En este artículo analizamos en detalle los distintos modelos de energía compartida, comparándolos según criterios clave: su eficiencia energética, su impacto ambiental, su viabilidad económica y su facilidad de implantación.
Modelos de reparto de energía
Entre iguales (P2P)
En el modelo peer-to-peer, los particulares o las empresas intercambian directamente su excedente de energía. Este sistema descentralizado fomenta la implicación de la comunidad y da a los participantes un mayor control sobre sus necesidades energéticas. Por ejemplo, la empresa social Les Petits Riens (Spullenhulp) ha puesto en marcha en Bruselas el intercambio de energía entre iguales para optimizar el uso de la energía renovable producida y consumida en sus distintas sedes.
De uno a muchos
El modelo "uno a muchos" implica que una única entidad comparte su energía con varios beneficiarios. Esto podría aplicarse a un gran proyecto de energía renovable que abastezca a hogares o empresas a escala de un distrito ecológico o de una ciudad entera. Por ejemplo, una gran empresa industrial equipada con paneles solares podría compartir su excedente de energía los fines de semana con sus empleados, ofreciendo así un beneficio en especie en forma de energía verde.
Un ejemplo concreto de este modelo "de uno a muchos" es la iniciativa puesta en marcha en los emblemáticos emplazamientos Tour & Taxis y Gare Maritime de Bruselas. El promotor privado Nextensa, propietario de una producción fotovoltaica de 3 MWp, vende su excedente de energía a los edificios residenciales de los alrededores, incluidas las viviendas subvencionadas. Este planteamiento ofrece a los residentes energía local, renovable y asequible gestionada con WeSmart.
Varios a uno
En este modelo, varias entidades pequeñas ponen en común su excedente de energía para un agregador o entidad central. Así se consigue una gestión más eficiente de los recursos energéticos. Por ejemplo, cinco municipios del Brabante flamenco han creado una cooperativa para compartir la energía solar de los edificios públicos con un gran consumidor. Este tipo de agrupación, que combina producción, almacenamiento y flexibilidad, debería desarrollarse gracias a los agentes que reúnen redes de usuarios activos, como los instaladores solares o los proveedores de equipos conectados, como las bombas de calor.
Modelos jurídicos
Los marcos jurídicos de las Comunidades de la Energía y de la Energía Compartida varían según las normativas europeas y locales.
- Comunidad de Energías Renovables (CER): Estas comunidades suelen estar limitadas geográficamente. Por ejemplo, en Francia, las CER de autoconsumo colectivo están limitadas a un perímetro de 2 km, ampliado a 20 km en las zonas rurales.
- Comunidad Ciudadana de la Energía (CEC): Las CEC no tienen restricciones geográficas y permiten la participación de grandes empresas, siempre que no controlen la gobernanza.
- Compartir la energía dentro de un mismo edificio: en regiones como Bruselas y Valonia, este modelo permite reducir considerablemente los costes de la red, lo que ofrece ventajas financieras a los condominios o viviendas sociales.
- Entre iguales: regiones como Bruselas y Flandes permiten los intercambios P2P a escala regional.
- Contratos virtuales de compra de energía (PPA): estos contratos financieros permiten un comercio flexible en los mercados europeos, favoreciendo los proyectos de energías renovables.
Estos modelos ilustran una diversidad de marcos, que van desde sistemas muy regulados a sistemas más flexibles.
Tendencias: hacia una creciente necesidad de compartir localmente
Las tendencias de las comunidades energéticas y la energía compartida reflejan la rápida evolución del sector energético:
- Creciente demanda de electrificación: Con el auge de los vehículos eléctricos, las bombas de calor y otras necesidades, la demanda de electrificación está impulsando la adopción de prácticas sostenibles.
- Maximizar la producción local de energía renovable: en Francia existe la obligación de integrar infraestructuras solares en edificios públicos y aparcamientos.
- Optimización mediante precios dinámicos: las estrategias de precios dinámicos fomentan un consumo adaptado a la oferta y la demanda en tiempo real.
- Baterías virtuales: las baterías virtuales se perfilan como una solución innovadora para gestionar y almacenar energía de forma optimizada.
Evolución hacia comunidades multienergéticas
Las comunidades energéticas están evolucionando más allá del simple uso compartido de la electricidad para convertirse en ecosistemas multienergéticos integrados:
- Almacenamiento colectivo: las soluciones de baterías compartidas a nivel de barrio permiten optimizar el autoconsumo colectivo y reducir los picos de consumo.
- Almacenamiento de hidrógeno: el hidrógeno verde se perfila como una solución de almacenamiento estacional, que permite almacenar el excedente de energía renovable del verano para el invierno.
- Gestión de la flexibilidad: las comunidades están desarrollando sofisticadas estrategias para adaptar su consumo en tiempo real, maximizando el uso de los recursos locales.
- Recarga inteligente de vehículos eléctricos: la integración de estaciones de recarga colectivas permite optimizar la recarga de vehículos eléctricos en función de la producción local.
- Sinergias térmicas: las comunidades aprovechan las redes de calor y frío, creando sistemas energéticos circulares a escala local.
Este enfoque multienergético y multisolución refuerza la capacidad de recuperación de las comunidades al tiempo que maximiza su impacto medioambiental positivo.
Ayudar a la red y adaptar la demanda a la producción
La rápida evolución de la combinación energética, con el aumento de las energías renovables y la creciente electrificación (vehículos eléctricos, bombas de calor), está planteando grandes retos a los operadores de redes de distribución (GRD). Los picos de consumo exigen inversiones considerables en infraestructuras de red, que podrían ascender a varios miles de millones de euros en los próximos años. La creación de bucles energéticos locales y el consumo local de energías renovables se están convirtiendo, por tanto, en elementos esenciales.
Evolución de la normativa 🇪🇺
La Comisión y el Parlamento Europeo están trabajando actualmente en varias iniciativas reguladoras, basándose en las directivas existentes (Directiva 2018/2001/UE sobre energías renovables RED II y Directiva 2019/944/UE sobre el mercado interior de la electricidad), para simplificar y armonizar el marco regulador de las comunidades energéticas. El paquete "Fit for 55" y, en particular, la Directiva RED III (2023/2413) refuerzan aún más este marco con nuevos objetivos para 2030:
- Simplificación del comercio de energía: se están debatiendo nuevas directivas para facilitar el comercio transfronterizo y reducir las barreras administrativas entre Estados miembros.
- Modernización de los PPA: se propone un nuevo marco regulador para normalizar los acuerdos de compra de energía (PPA) y permitir una medición más precisa en tiempo real de la energía intercambiada.
- Simplificación administrativa: se han hecho propuestas para simplificar el proceso de creación de comunidades e intercambios de energía a través de los CCE.
Conclusión
Las comunidades energéticas y la energía compartida representan un futuro prometedor para una transición energética sostenible. Sin embargo, serán necesarios ajustes normativos para simplificar la creación y el funcionamiento de estas iniciativas.
Las tendencias económicas y las nuevas tecnologías, como las baterías virtuales y las estrategias de precios dinámicos, están allanando el camino hacia comunidades energéticas más eficientes y accesibles. Estas innovaciones, combinadas con la evolución de la normativa, ayudarán a configurar un sistema energético sostenible y equitativo para todos.